“¿Por qué los extranjeros piensan que los españoles son caníbales?»
Había venido a conocer España y estaba entusiasmado. Ayer, sobre las seis de la tarde, estaba paseando con mi amigo Juan cuando este decidió entrar en una pastelería del centro de Madrid.
Observó la vitrina un rato y dirigiéndose al pastelero le dijo:
—Buenas tardes, por favor, deme un cuarto de kilo de “huesos de santo” y un poco de “cabello de ángel”.
Le miré estupefacto. Sabía que la religión en España era muy importante pero no hasta el punto de que se vendieran reliquias en una pastelería. Además pensé ¡qué asco!, comer huesos de santo, ¿desenterrados?, ¿tendrá algún efecto milagroso?, ¿y el cabello de ángel?, ¿liso o con rizos?, ¿rubio o pelirrojo? Yo no quise mirar lo que el pastelero guardaba en las cajitas.
Pero la cosa no quedó ahí. Juan, que es bastante goloso, continuó:
—Perdone, también me va a poner una docena de “lenguas de gato”.
¡Estos españoles! Sabía lo de la lengua de vaca pero matar a un pobre gatito para comerse su lengua… Empezaba a marearme imaginándolo. Me senté y ya pensaba que nos íbamos cuando Juan se giró y dijo:
—¡Ah! También quisiera un “brazo de gitano”, para que lo pruebe mi amigo.
Me vino a la mente la imagen de gitanos mancos paseando por Madrid con gatos deslenguados que no podían maullar. También vi esqueletos de santos que llevaban matas de cabello de ángel entre sus manos mientras iban perdiendo sus huesos por la calle y unos niños españoles los recogían para guardarlos en cajitas. Perdí el conocimiento. Al abrir los ojos, Juan me miraba y el pastelero me ofrecía un café con un delicioso bizcocho. Cuando pregunté que qué me había pasado, el pastelero me respondió:
—Calle y coma este “niño envuelto” que le va a reponer todas las fuerzas.
Me volví a desmayar.
Autor: Lecturer in Spanish Language & Culture.
Amantes de los dulces, ¿quién nos ayuda a explicar a los extranjeros que estas curiosidades están para comérselas? 😀
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