Los misterios son pequeñas piezas didácticas teatrales basadas en la evolución de la humanidad según los principios cristianos y en las vidas de los santos. Son escritos por religiosos e interpretados por los vecinos en el interior o en el atrio de las iglesias o sobre grandes carros construidos para tal fin. El peso de la realización fue recayendo en los gremios de artesanos, por lo que el nombre «misterios» puede provenir del francés métier (trabajo u oficio) aunque no tardó en derivar a la concepción más amplia de verdad religiosa. El texto literario del Misterio de Elche es relativamente breve y esto se debe a la importancia que se concede a la música y a la escenografía. Aunque esta escenografía se estableció en torno a 1400, hasta finales del siglo XV no se compusieron los misterios para la representación. Los textos literarios y musicales, así como las acotaciones escénicas que permiten la representación de la obra, son debidos a unos manuscritos denominados consuetas. La obra cifra su interés en tres elementos: la audacia escénica, la entidad musical y su casi incólume conservación. La versificación es bastante uniforme: predominan las cuartetas octosílabas «aabb», más conocidas por noves rimades, forma métrica muy utilizada en la Edad Media; se utiliza el decasílabo cesurado (4+6) en cuartetas «abab»; y el heptasílabo en cuartetas «abba», «aabb» y «abab».
Gran parte del éxito del drama se debe a la presentación de los ricos cantos que lo acompañan. El drama ilicitano es totalmente cantado y contiene melodías que posiblemente procedan de diversas épocas. Los cantos del Misteri pueden clasificarse en monódicos y polifónicos. De las veintiséis piezas musicales que recogen los consuetas históricos de 1709 y 1722, concretamente diez son monódicas y dieciséis polifónicas, aunque en ambos casos existen repeticiones de melodías con diferentes textos literarios (Gómez. 1986. pp. 255-163).
El 18 de mayo de 2001, la Unesco declaró este Misterio de Elche como obra maestra del patrimonio oral e inmaterial de a Humanidad y está inscrito desde 2008 en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Esta tradición teatral se quiere continuar en el presente con otras representaciones recuperadas como las del Corpus en la ciudad de Valencia (Misteri d’Adam i Eva, Cant de la Sibila, Cant dels romers del misteri de Sant Cristòfol y La degolla), llevadas por primera vez a escena en 1989.
La obra se escenifica cada 14 y 15 de agosto en el interior de la Basílica de Santa Maria en la ciudad de Elche (en Alicante). Les animamos a asistir a este espectáculo teatral que nos ayuda a comprender los orígenes de nuestro teatro con base musical (nacido en el seno de la liturgia cristiana y fecundado por el acerbo juglaresco) y con la edad de oro de la cultura española.