«Un mágico renacer», un poema de Aida Espinoza para Diario literario de un confinamiento

 

 

 

 

 

 

 

Diario literario de un confinamiento: Día 28 de mayo de 2020.  

«Un mágico renacer»

En un marzo invernal
ingreso un tal Márquez
con ínfulas y gran altivez
el reino lo deseaba con avidez

La comarca toda se inundó de pánico
traía consigo su ejército y sus lacayos
el emisario acarreaba corona
corona que le pesara con los años

Si, ha llegado aquel extraño
su seudónimo es COVID
se cree un Márquez
pero el orbe le forjará su revés.

Ese lúgubre personaje ataviado de misterio
lo remitieron desde dominios muy lejanos
con ambiciones y bajas pasiones
a conquistar con maldad al mundo entero

Es la razón que aflige
un horrible drama se desata
alcanzará a la comarca un día
la esperanza y la apacible calma

La muchedumbre entera se estremeció
ante tal descomunal visitante
unos corrían de pavor
para otros no era importante.

Se dio inicio al festín,
arrebatando a sus presas
y aglutinando su motín
sin jamás perder la entereza

En la comarca se refugiaron
se refugiaron en sus nidos,
y allí encontraron candor y abrigo
divisaron a lo lejos el cruento abismo

Contemplaban las estrellas
desde su balcón
el cielo era descomunal
como colosal su dolor.

Un guiñapo de valientes
salieron al frente
A derrocar al intruso
que tanto dolor causo

Y uno a uno fueron cayendo
en un barranco de depresión
librando sus batallas
sin un escudo de protección.

Se tejerá luego una quimera
de incertidumbre y de dolencia
de estirpes que se ensamblaron
y surgieron triunfantes con el amor

Se hilarán tradiciones y leyendas
impregnadas de testimonios ciertos
se lo contaran quizás a los nietos
unos abuelos que resistieron

Las aves trinan cada alborada
son autónomas como libre su vuelo
la humanidad yace en un cautiverio
aquella que las aves la concibieron.

¿Se podrá llamar encierro
el compartir amenos momentos
el descanso para el alma
la paz y el sosiego?

En la faz de tu morada
apilados desde antaño
están tus viejos amigos
camaradas sin engaños

Son los libros tu soporte
conocimiento sin desenlace
aquellos te donan cognición
cofrades colmados de intuición

¿Se podrá citar encierro
el poder recorrer
hacia el interior de tu espíritu
que hoy alcanzaste conocer?

¿Se podrá llamar encierro
cuando revelas inusitados talentos
al plasmar una plegaria y al crear una canción
y aportar al universo?

No, aquello no es un encierro
es la confinación de almas en proyectos
seres de luz guiados por luceros
amando la vida y respetando el sendero

Los patriarcas acertados juegan con sus críos
Las matronas fantasearon con historias de amor
Los abuelos no son olvidados con el tiempo
Y los amigos un tesoro y son eternos.

De vuelta la mirada
a un cosmos que nos acoge
A los hados veraniegos
Y al fulgor de la montaña

La comarca volvió los ojos
al hacedor de la vida, el creador
Y pidieron colmados de hinojos
Perdón señor perdón

Seres de luz daban aliento
sostenían en su mano cimientos
seres oscuros contemplaban
en su soledad sus negras almas.

Jheronimus Bosch, El jardín de las delicias (detalle), 2,2 x 3,89 m, óleo sobre tabla, 1503-1515 @Museo Nacional del Prado.

Autora: Aida Espinoza.

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